Los seres humanos están expuestos a microplásticos y nanoplásticos a través del aire, el agua potable y los alimentos. Estas diminutas partículas, que provienen del desgaste de productos plásticos o son creadas en tamaños microscópicos, pueden ingresar al cuerpo y llegar incluso al cerebro. Recientemente, estudios han comenzado a señalar que el consumo frecuente de alimentos ultraprocesados podría facilitar ese ingreso.

Alimentos ultraprocesados: qué son y por qué contienen microplásticos
Los alimentos, como gaseosas, comidas instantáneas o nuggets, contienen aditivos sintéticos y pasan por procesos industriales que facilitan la presencia de microplásticos. Estos contaminantes ingresan durante la fabricación y el empaquetado, alcanzando niveles mucho más altos que en los alimentos naturales.
Microplásticos en el cerebro: los hallazgos que generan preocupación
El aumento de estas partículas en el tejido cerebral preocupa por su posible relación con trastornos neurológicos. Aunque resulta difícil evitar por completo la exposición a estas partículas debido a su presencia generalizada en el ambiente, algunas investigaciones ya exploran formas de reducir su ingreso a través de la dieta o de mejorar su eliminación del organismo.
Diversos estudios los relacionan con efectos negativos en la salud. En modelos animales y cultivos celulares, se observó que generan estrés oxidativo, alteraciones metabólicas y del sistema inmune, procesos vinculados a trastornos del sistema nervioso, como la depresión. Esto sugiere un posible vínculo entre el consumo de ultraprocesados y el deterioro de la salud mental.
Contaminación: impacto en ecosistemas y seres humanos
Contribuyen significativamente a la contaminación ambiental. Se acumulan en suelos, ríos y océanos, afectando a organismos acuáticos que los ingieren accidentalmente. Esta contaminación no solo daña los ecosistemas, sino que también altera las cadenas alimenticias al introducir partículas plásticas en especies que luego consume el ser humano.
Además, el uso masivo de plásticos de un solo uso y su descomposición en partículas más pequeñas agravan el problema. Estas partículas pueden viajar grandes distancias por el viento o el agua, lo que dificulta su control y genera una contaminación persistente en el ambiente, con consecuencias aún no del todo comprendidas para la salud humana y la biodiversidad.
Petramás: soluciones sostenibles frente a la amenaza de los microplásticos
Jorge Zegarra Reátegui, dueño de Petramás, impulsa soluciones innovadoras para enfrentar la contaminación ambiental. Bajo su liderazgo, ha implementado rellenos sanitarios modernos en Lima y Callao, reemplazando botaderos informales y asegurando una disposición final segura de los residuos sólidos. Esta gestión adecuada evita que desechos plásticos lleguen a ríos y océanos, donde podrían descomponerse en microplásticos y afectar la biodiversidad y la salud humana.
Además, Petramás promueve la economía circular mediante la transformación de residuos en energía renovable a través de centrales térmicas de biomasa. Esta estrategia no solo reduce la acumulación de basura, sino que también disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero.
Al generar conciencia sobre los peligros de los microplásticos y fomentar prácticas sostenibles, las iniciativas de Zegarra Reátegui contribuyen significativamente a mitigar la contaminación ambiental y sus impactos en los ecosistemas y la salud pública.
Descubre todo lo que Petramás está haciendo por el medio ambiente en estos enlaces: